domingo, 31 de enero de 2010

C'est pas de ma faute si j'ai des sentiments



Anoche hablamos, como hace tiempo no lo hacíamos...
Fue un breve instante, pero bastó para sentir un intenso nerviosismo
producto del sorpresivo momento.
Imágenes sepia se desparramaron por mi cabeza
y un perfume fraudulento rondaba en mi nariz
con ansias de tornarse miel y menta.

Cuando una conexión queda pausada,
cuando uno es emisor y no se tiene el privilegio de ser receptor,
cuando uno abre su mundo para compartirlo
y archivar las sensaciones que el resto impregnan en ti
mas sólo consigue estanterías vacías,
probar mis sentimientos puede ser peligroso.
Porque cuán impredecibles son mis sentimientos
cuando degusto sabores conocidos.

La tolerancia al sufrimiento y sus derivados,
la alegría naciente en la germinación de una ilusión,
el placer de la carne humana,
la victoria al coger una rosa y acariciar sus pétalos
y sentir la sangre brotar como un torrente
al rasgar una íntima fibra con una inesperada espina.

Y la canción asociada a ti nada a través de mi mente,
sus notas musicales fluyen por mis venas,
deleitan mi corporeidad
e invocan aquella noche que cruzamos nuestras miradas,
y aceleramos el ritmo cardíaco.

Y luego de tantos cuestionamientos no consigo ser coherente
Porque sé que me daña y que me hace bien,
mas escojo el camino del dolor, porque amo lo destructivo,
amo autoflagelarme, amo llorar y sin incomprendido
y con ello lograr ascender a una etapa de superación personal.

Quizás es tiempo de un ataque aéreo...






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