miércoles, 10 de julio de 2013

LO QUE NO PUEDO CALLAR

No tengo plata ni oro
Pero palabras por montones para regalarte
Y no es que quiera darte lo que a mí me sobra
Como migajas a las aves
Sino que ellas brotan como manantiales de mi cabeza
Y son el gran tesoro que puedo entregarte
Como sinónimo de este aprecio que tengo por ti...


¿Qué fue lo que me sucedió?
¿Qué me atrajo de ti?
¿En qué minuto llegué a sentir ésto?

Nunca pensé en conocerte, Nunca pensé  en compartir contigo una sonrisa, unas palabras, un par de besos y algo más. Tampoco pensé en llegar a decirte que me gustó todo aquello, sobre todo tu mirada sincera, tus labios miedosos y esas manos tímidas pero cálidas.

Unos días, unas horas, unos minutos. El tiempo que haya sido no me importa, porque bastó para iluminar  mi alma otra vez y darme cuenta que mis mejores sentimientos no han muerto, aún me acompañan. Sólo descansaban de tanto agobio terrenal.

Sé que no llegué en el tiempo indicado a tu vida, pero ¿Cuál debe ser el instante propicio para que el corazón actúe? Y aunque sea un error su actuación ¿Podría ser una condena?
Quiero entender que no es tu momento. Y quiero creer que me entiendes un poco.

¡Ahora mírame! Estoy lejos de tu mundo, tal vez vengo de uno muy distinto al tuyo. Tengo mis alas de independencia rotas, estoy esperando respuestas del cielo y ¿No sé qué sucede en tu mundo? ¿Cuáles son esas heridas que estás tratando de sanar?

“HOY NO ES EL TIEMPO Y QUIZÁS TAMPOCO LO SEA MAÑANA”.

Comprendo que sólo estés pensando en renacer, sanar y volver a experimentar sin miedos toda clase de emociones.
Comprendo que no quieras ningún problema en tu cabeza, ni tengas cabeza para propuestas de otros.
Comprendo que el amor es un juego de dos y que tal vez no pueda ser la cura de tus males
Pero quiero que sepas y que no olvides
Que me hubiese encantado haberla sido y no conforme con eso, ser mucho más que una simple cura para tus emociones dañadas.


Y ésto es lo que no puedo ocultarte: Esas sensaciones que experimenté contigo, de las cuales no estoy arrepentido y no quiero olvidarme. Y sería feliz,al menos, sabiendo que mis palabras caen en un pequeño sector de tierra fértil dentro de tu corazón.

Escrito desde mi corazón para ti, Fredy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario